Del último spot de Audi a mi huertito, un proceso necesario.

Siempre rodeado de animales, perros, gatos con tiña, patitos, cobayas, peces tropicales, tortugas, ovejas, pirañas… así transcurrió mi infancia; ¿cómo acabé estudiando publicidad?.
La verdad, hoy lo pienso y no sé qué se me pudo pasar por la cabeza, supongo que la sociedad de ese momento te empuja a estudiar una carrera fuese la que fuese; la llamada “titulitis”.
Creí que la publicidad me iba a dejar expandir mi creatividad… qué equivocado estaba, no solo no me dejaba sacar mi creatividad sino que me la coartaba por imposición de un cliente ignorante y prepotente. Así que decidí cambiar de vida, alejarme de la ciudad, acercarme a lo que siempre estuvo ahí y la sociedad no me dejaba ver, a los animales, a la naturaleza a la vida plena, a la felicidad.

Ahora trabajo en el campo, vivo en el campo de forma respetuosa con el medio ambiente y conmigo mismo, sin engañar, sin contaminar, sin aparentar. Claro, que no hago ni la mitad del dinero que hacía antes trabajando para agencias de publicidad, pero tampoco tengo las mismas necesidades económicas que antes, y me voy apañando sin grandes lujos.
Tenemos placas solares y un aerogenerador que nos dan toda la energía que necesitamos, utilizamos productos biológicos y ecológicos, intentando que nuestra huella en la naturaleza sea lo más liviana posible. Y sí, siempre que lo cuento, alguien se ríe, cagamos en el campo, si, cagamos en el campo y puedo decir que hasta tiene su gracia, es una forma de conectar completamente con la naturaleza, todo vuelve a donde empezó. Al principio era algo temporal, y al final, nos gustó y nos ahorra dinero.
Cultivamos algunas de nuestras hortalizas, porque no hay nada más bonito que cuidar y ver crecer tu propio alimento.
Reciclar es una parte importante, no solo la basura que generamos, sino también los materiales de construcción, los árboles caídos, la esquilada de los perros, la ceniza de la chimenea… todo puede tener una segunda oportunidad.
Por eso, no me compadezco de mi antigua vida de publicitario, sino que uso esas técnicas de creatividad para reciclar y crear cosas nuevas.
No hay vida más plena que la que te forjas tú mismo, día a día, poco a poco. Creo que estamos demasiado acomodados y eso hace que pasemos por alto pequeñas cosas de nuestra vida diaria. Viviendo en el campo te das cuenta que el tiempo no es lo que marca el reloj; es el sol, el clima y los animales los que marcan los ritmos.
Y la verdad, es un gusto oír el tick tack del gorrión por la mañana y los grillos por la noche.
En el campo trabajas como una mula, pero también, tus aspiraciones son otras, tus objetivos son otros, y para mí, son más pequeños, más reales, no tengo que convencer a ningún cliente de que el último spot de Audi es el camino a imitar porque refleja valores y eso es lo que buscan los compradores actualmente,… ¿el anuncio de un coche refleja valores?, ¿un banco es solidario?, lo peor es que de tanto verlo, lo acabas creyendo.
Ahora, sólo creo en que si mañana no me levanto pronto y corto algo de leña, es probable que por la noche pase frío.
Roberto J.